Desdén Presidencial a la Constitución: La Ausencia de AMLO en el Aniversario Pone en Duda su Compromiso con la Ley Fundamental

En un acto que ha resonado con fuerza en los corredores del poder y en la opinión pública mexicana, la ausencia del presidente Andrés Manuel López Obrador en la conmemoración del 107 aniversario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha desatado una tormenta de críticas y cuestionamientos sobre su respeto y compromiso con los principios más sagrados de la nación.

Este 5 de febrero, mientras líderes políticos, académicos y ciudadanos se congregaban en el histórico Teatro de la República en Querétaro para rendir homenaje a la Carta Magna, el máximo representante del Ejecutivo optó por una ausencia que ha sido interpretada no solo como un desaire a la tradición, sino como un símbolo de una preocupante tendencia a alejarse de los cimientos legales y democráticos del país.

La decisión de López Obrador de no participar en el evento, prefiriendo en su lugar supervisar proyectos en el Estado de México, ha encendido las alarmas entre diversos sectores de la sociedad. Columnistas de renombre, como Catón en el diario Reforma, han calificado este acto como un «luto para México» y una «grave ofensa» a la ley y a las instituciones republicanas. La gravedad de la situación se acentúa al considerar la también notable ausencia de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña Hernández, poniendo en evidencia una fractura en la sinergia entre los poderes de la nación.

El exgobernador Roberto Madrazo ha sido una de las voces más críticas, señalando directamente al presidente por menospreciar al Poder Judicial y, por extensión, a la estructura misma sobre la cual se edifica el Estado mexicano. La ausencia de López Obrador en eventos de tal magnitud no es un hecho aislado, sino parte de un patrón de comportamiento que ha incluido su no asistencia a reuniones clave con la prensa internacional y foros internacionales, sugiriendo un distanciamiento preocupante de los foros de diálogo y escrutinio público.

Este acto de omisión viene a sumarse a un historial de decisiones y declaraciones del presidente que han puesto en tela de juicio su alineación con los principios constitucionales que juró defender. Su crítica abierta a reformas anteriores de la Constitución, vistas por él como contrarias al interés público, revela una voluntad de reescribir las reglas del juego político a su medida, lo que plantea serias preguntas sobre su visión de la democracia y el Estado de derecho.

En este contexto, la ausencia de AMLO en la celebración de la Constitución no es un mero acto protocolar omitido, sino un símbolo potente de las tensiones que hoy día atraviesan el tejido político y social de México. Este gesto, lejos de ser un incidente menor, es un reflejo de las profundas divisiones y el debate sobre el futuro de la democracia mexicana.

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